En primer lugar, se debe tener en cuenta que este tipo de informe va dirigido a personas que no pertenecen al gremio de la especialidad pericial concreta, y por lo tanto no debe contener demasiados términos complejos sin explicar; mientras más claro y universal sea el lenguaje empleado en la redacción, mejor.
El perito forense que haya realizado el informe debe estar preparado para comparecer ante la audiencia y responder de la manera más clara posible a todas las preguntas que le sean formuladas por los abogados y las autoridades presentes. Es por eso que en el informe pericial forense debe haber evidencia contrastable y defendible, y no debe pasarse por alto ninguno de los detalles relevantes en el procedimiento, ya que de alguno de ellos podría surgir una pregunta durante la audiencia.
Los aspectos poco relevantes de la causa deben evitarse a toda costa, así como las imprecisiones en las afirmaciones. El contenido del documento debe ser totalmente coherente y argumentable, de lo contrario el informe podría ser declarado como inválido para la causa.
El perito forense no debe, bajo ninguna circunstancia, dar una sentencia hacia ninguna de las partes personadas en el procedimiento, ya que el informe pericial forense debe estar libre de toda clase de sesgos y opiniones personales. La imputabilidad del sujeto corre a cargo del juez que leerá el informe. El perito forense únicamente expondrá sobre las circunstancias que ha podido observar y contrastar fehacientemente.
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