Conoce lo que dice de ti tu forma de escribir a través de la grafología.
Tus ‘C’ y tus ‘D’ dicen más de tu personalidad que tu peinado o tu forma de vestir.
Hace años que no escribes. Al menos, hace años que no escribes más de 20 líneas con un bolígrafo sobre un papel. Las teclas del ordenador son el único instrumento que empleas para transmitir tus mensajes, pero la grafía resultante no dice mucho de ti porque nos iguala a todos. En cambio, se puede conocer la personalidad de alguien estudiando la manera en la que desliza la tinta sobre un folio en blanco.
Los grafólogos profesionales lo miden todo para estudiarte: desde la distancia entre líneas, entre palabras y entre letras hasta el tamaño de los márgenes que dejas en un folio. Si eres de los que no dejas ni un mínimo espacio entre la primera línea y el borde superior del papel puede que no queramos conocerte nunca. Porque, si solo lo haces cuando escribes cartas (poco probable) a amigos íntimos o familiares, se valora tu naturalidad, tu facilidad para entablar contactos y tu carácter extrovertido. Ahora bien, si lo aplicas a todos tus escritos es sinónimo de falta de estética y hasta de cultura, de vulgaridad, descortesía, chabacanería, tacañería y otras muchas otras palabras feas que acaban en –ía. Por no decir que eres una persona pegajosa e insufrible con una falta de diferencia evidente hacia los demás y que en la vida te mueve el descaro.
Prueba a fijarte en cómo escribes la letra “g” minúscula. Simboliza mejor que cualquier otra la sexualidad y los impulsos libidinosos (ojo cuidado). Según Lo esencial de Grafología, se trata de una letra con óvalo (el yo), que desciende hacia la zona inferior (los instintos y la sensualidad) para luego ascender y ligarse con la letra siguiente (esto es, asciende en busca del otro).
Si dejas el óvalo abierto es que deseas establecer una relación con otros o que eres incapaz de guardar una confidencia y que no sopesas las consecuencias. Si el óvalo de la g es muy grande en relación con el pie de esta letra, significa que tienes una vida sexual pobre y perezosa con tendencia a la frigidez. Y si te pones creativo y en vez de un pie normal dibujas una espiral, eres un narcisista sexual con tendencia exhibicionista que desatiendes a tu pareja. ¿Qué pensabas? A la grafología no se le escapa nada.
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