El aumento exponencial del precio de la electricidad es un tema que no nos ha dejado descansar desde hace semanas. Hemos visto incrementadas nuestras facturas en más de un 7%, hemos llegado a los picos más caros de luz de toda la historia.
Las empresas productoras realizan subastas diariamente para decidir el precio del Megawatio durante las siguientes 24 horas. Los compradores solicitan los MW que creen que necesitarán cada hora y lo vendedores ofrecen una cantidad concreta de energía, en función de lo que tienen previsto producir durante esa hora, con un precio determinado.
Las tecnologías de producción eléctrica son las que marcan el precio. Existen tres energías: renovables, nuclear e hidroeléctrica y, finalmente, la de ciclo combinado (gas, petróleo y térmica). Pues bien, en primer lugar tenemos aquellas energías renovables que son las que tienen un coste variable prácticamente nulo, puesto que la inversión inicial es elevada pero el coste de producción es inexistente.
En segundo lugar, tenemos la la energía nuclear e hidroeléctrica son las energías con poco coste de producción. Finalmente, tenemos las energías fósiles, aquella que no son renovables, por lo tanto son las que emiten más contaminación y por consiguientes las que tienen costes elevados de producción ya que deben abonar tasas por contaminar.
Bien, ahora ya sabemos cómo se crea el precio de la luz. Los principales beneficiarios de dichos aumentos en el precio son los productores.
Iberdrola es la gran beneficiada, seguida de Enel –y su filial española Endesa– y Naturgy. Luego hay muchas otras productoras, como EDP, pero su peso en la producción eléctrica peninsular en España es ya muy inferior.
Las tres grandes son las favorecidas porque concentran la mitad de los 110.000 megawatios/hora de capacidad instalada en España con todo tipo de tecnología, desde renovable a térmica, que está desapareciendo pues es la más contaminante.
¿Podría tratarse de pactos entre las productoras? Podríamos pensar que las productoras han llegado a un acuerdo para no quedar fuera de juego. También se las ha acusado de no estar ofreciendo toda la hidráulica posible para poder venderla al día siguiente si sube más el precio y para que entre el ciclo combinado y cobren todos los megawatios más caros.
Por lo tanto, esto es lo que pasa por privatizar las grandes energéticas (hecho que tuvo lugar durante los gobierno de Felipe González y de José María Aznar). Por este hecho el gobierno no puede tener control alguno sobre el establecimiento y control de los precios de dicho sector tan estratégico.
El sistema de subasta para el establecimiento de los precios, fue implementado por el gobierno de Mariano Rajoy, por orden de Bruselas. También se suspendieron las bonificaciones a las energías renovables.
El Gobierno actual de Pedro Sánchez ha incidido mediante una mínima reforma que consiste en el ajuste de franjas horarias de acuerdo con una propuesta del CNMC.
Si bien, los anuncios que ha hecho el Gobierno de abaratar la factura de la luz un 12% quedan homogeneizadas con una subida exponencial del precio de ésta. Esto hace que sus promesas no se hayan materializado y que la población sufra las terribles consecuencias de esta inflación de suministros esenciales para la vida cotidiana.
El Gobierno estudia la posibilidad de rebajar el IVA y otro impuestos de las facturas, si bien no es efectivo pero podría impactar directamente en el precio de la factura, no tanto en el precio del Mw.
Mientras el ejecutivo estudia las diversas posibilidades, mínimas, que ostenta para poder hacer efectiva esta disminución, la población no tiene otro remedio que aprenderse los horarios de bajo consumo cuál tabla de multiplicar para conseguir un ligero abaratamiento de su factura a final de mes.
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